- 1/2 kg. de cebollas francesas.
- 2 cucharadas de azúcar glas.
- 1 cucharada de margarina.
- 10 ml. aceite de oliva suave.
- 1/2 l. de agua.
Pasos:
- Escaldar las cebollas durante 2 minutos.
- Enfriar las cebollas en agua, para detener las cocción y poderlas pelar sin quemarnos.
- Quitar las dos capas exteriores de las cebollas y retirar los extremos.
- Sofreír, a fuego medio, las cebollas en una sartén en la que habremos calentado la margarina y el aceite (ponemos el aceite para que la margarina no se queme). Les vamos dando vueltas para que se doren por todos lados.
- Cuando estén bien doradas (incluso un poco oscuras de más), verter sobre las cebollas las dos cucharadas de azúcar glas y remover para que se impregnen bien las cebollas.
- Cuando el azúcar está disuelto y las cebollas impregnadas, añadir el agua. Subir el fuego hasta que veamos que hierve el agua y luego bajarlo para mantener un suave hervor. Tener en el fuego unos 50 minutos, dando vueltas a las cebollas según vaya bajando el nivel del agua para que se cuezan bien por todos lados. Tener cuidado al dar estas vueltas cuando llevamos mucho tiempo de hervor, ya que podemos desmontar las cebollas y quedarían feas.
- Pasado este tiempo, sacar las cebollas a una fuente (el caldo restante se puede reducir a fuego fuerte durante unos minutos y verterlo sobre las cebollas, como una salsa).
Estas cebollas se pueden consumir frías o calientes y se conservan muy bien en el frigorífico durante más de una semana.
