domingo, 8 de enero de 2012

Olla gitana

Comentario previo:

No sé si me entristezco con las opiniones que recoge el último barómetro de Metroscopia para El País en el que se recoge que un 50% de los encuestados le parece bien que a los funcionarios nos congelen el sueldo (frente a un 40% que opina en contra). A mí no se me ocurre pensar que lo mejor es que se congelen las subidas salariales en las negociaciones de los convenios colectivos de los trabajadores en España. Eso sería malo para mucha gente, las haría más pobres y eso no lo deseo a nadie. Creo que los ciudadanos estamos un poco confundidos o nos están engañando. No, la crisis no se debe a que los funcionarios cobremos a final de mes. Ya llevamos una pérdida media acumulada de casi un 10% (que en algunos casos llega hasta el 15% y más). En los últimos 25 años los funcionarios hemos acumulado un descenso en nuestro poder adquisitivo que está por encima del 30%, siempre con la escusa de que la "estabilidad laboral" se debe compensar con una contribución al bienestar general de nuestra economía.
Lo malo es que son pocos los que están valorando que esa pérdida de poder adquisitivo supone un deterioro en la capacidad de consumo que redunda en muchos sectores, que verán entrar menos ingresos y perder puestos de trabajo, consecuentemente. Mientras tanto banqueros (y bancarios), pilotos, controladores aéreos y otros "trabajadores privados" han visto incrementados sus salarios hasta en más de un 200% y parece que a nadie le parezca mal. También en este tiempo las grandes fortunas se han incrementado y luego sacan sus negocios de España (hay tienen al propietario de Zara) y sus SICAV tributan a un 1%.
Lo siento, pero creo que a los españoles nos están engañando.
Mi propuesta de hoy es: Tener el dinero en el banco el menor tiempo posible y la menor cantidad posible. No se trata de alentar a que tengamos nuestro dinerito expuesto a que nos lo roben. Pero que no sean los bancos los que se lucren con lo poquito que ahorramos. Por supuesto, nada de tarjetas de crédito, por las que nos cobran. Seguro que si en bloque vamos dejando a los bancos sin nuestros euros (que son pocos de cada uno, pero muchísimos los de todos) se tomarían algo más en serio al pequeño ahorrador y no tendrían ojos sólo para los que manejan (muchas veces de forma oscura) grandes cantidades.
Y vayamos con la receta de hoy: Olla gitana. Un plato de cuchara de lo más tradicional en Murcia. Hay muchas versiones: algunas sólo con garbanzos; otras incluyen patata; las hay sin hierbabuena. La que yo propongo tiene la ventaja de poderse congelar (al no llevar patata) y mezcla habichuelas y garbanzos como legumbres de base. Como ya os contaba en la entrada anterior, el complemento ideal para este plato son una rebanadas de pan con ajo de calabaza.
En este guiso llama la atención el uso de una fruta: la pera. Os puedo asegurar que queda deliciosa y, si bien puede llamar la atención su sabor al comienzo, rápidamente se ve como combina perfectamente con el resto de sabores, sobre todo con la calabaza.

Ingredientes (para 6 raciones):

  • 250 g. de habichuelas.
  • 250 g. de garbanzos.
  • 250 g. de calabaza (ya limpia).
  • 4 peras blanquillas.
  • 300 g. de judías verdes peronas (bajocas las llamamos en Murcia).
Para el sofrito:
  • 1 cebolla.
  • 6 dientes de ajo.
  • 2 tomates (usé unos raf maduros).
  • 1 c/s (cuchara sopera) de pimentón dulce de Murcia.
  • Sal.
  • Unos pelos de azafrán.
  • Hierbabuena.
  • AOVE (aceite de oliva virgen extra).

Pasos:

  1. Cocer las legumbres, previamente remojadas durante la noche anterior, sin sal, ya sea en olla abierta o en olla a presión, pero sin que lleguen a estar blandas del todo. Si se usan legumbres cocidas de bote (que sean de calidad), lavarlas bien y ponerlas a cocer directamente con las verduras.
  2. Añadir la calabaza limpia y cortada en dados de unos 2 o 3 cm., las judías verdes limpias, sin los extremos ni los hilillos laterales y las peras peladas, sin corazón y cortadas en cuatro trozos. Dejar cocer en olla abierta a fuego suave (6 sobre 10) durante unos 15 minutos.
  3. Mientras hacer el sofrito con la cebolla y el ajo picados. En el momento que empiezan a tomar color, añadir el tomate rallado o pelado y troceado. Cuando el tomate pierda la mayor parte de su jugo, retirar del fuego y añadir sal y el pimentón. Mezclar bien y verter el sofrito en la olla.
  4. Añadir al guiso el azafrán (una pizca: lo que nos quepa entre los dedos), la hierbabuena (una docena de hojas es suficiente, no hay que pasarse y que luego el sabor domine demasiado) y la sal (que hasta el momento sólo tenía el guiso la que llevaba el sofrito). Remover y dejar cocer otros 15 minutos. Reposar el guiso un rato antes de servirlo.
Como sucede con todos los guisos, están mejor al día siguiente. Tal y como está preparada esta receta se puede congelar. Si se añade patata, recomiendo no congelarlo (la patata coge mal sabor).

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