jueves, 11 de abril de 2013

Cocinar no tiene nada que ver con MasterChef


Ayer, por suerte, no vi el primer programa del nuevo concurso de cocina que ha comenzado a emitir TVE1: MasterChef. No soy muy amigo de este tipo de programas en los que se veja a los concursantes. Pero tras los comentarios que he estado oyendo toda la mañana, no he tenido más remedio que entrar en la Web oficial del programa en el sitio de RTVE para ver por mí mismo lo que me contaban.

Este "gran hermano" de la cocina pone en la típica situación de presión ofensiva a los concursantes, que son sometidos a malas caras y "voceos" sin sentido por parte de los conductores y jueces del programa. Hace algo más de un año tuve la suerte de conocer en Murcia a Jordi Cruz, un tío simpático y un cocinero excelente que sabe comunicar fenomenálmente. Ahora me encuentro a otra versión de la misma persona en plan engreído y ofensivo, que nada tiene que ver con aquel que conocí.

Supongo que los guionistas del programa aleccionarán adecuadamente a los jurados del programa. Les impondrán un papel que desarrollar y allá que van ellos (porque lo cobran) a vender su propia imagen. Lo siento, pero no puedo compartir este enfoque de competitividad desmesurada, de vejación arbitraria y de menosprecio de la persona (lo mismo en éste que en otros concursos similares). Pero lo que me da más tristeza es ver como se está dejando a "la cocina" a la altura del betún y como una tarea (y una profesión) donde uno se embarca para sufrir.

Cocinar es alegre, es un placer, es compartir con otros, es recibir la opinión de los demás, es hacer amigos, es... tantas cosas buenas, que esa imagen cuartelera que transmite este programa (para colmo eligen para empezar dar de comer a 151 soldados).

Definitivamente NO, cocinar no tiene nada que ver con lo que aparece en MasterChef, no se vayan a equivocar.

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