lunes, 28 de abril de 2014

Tarta invertida de tomates y rabanitos

Comentario previo:

Una tarta invertida es aquella a la que ponemos la masa sobre el relleno. El ejemplo más típico es el tatín de manzana. Hecha esta primera aclaración, decir también que la idea de este plato la saqué de la Tarta invertida de tomates de Cocineros Argentinos (un magnífico programa culinario de larga trayectoria en Argentina). Se trata de un plato muy sugerente y sabroso, pero muy sencillo. Yo he incluido algunas tareas, como la de pelar los tomates, que podrían saltarse. También se trata de una preparación que admite muchas variantes. En primer lugar, según el tipo de tomates que usemos. Pero, también, por la cantidad de rellenos que podemos poner. Yo lo he hecho con queso raclette, albahaca y tomillo, pero podría haber sido otro queso (mejor que sea fundente) y cualquier otra hierba aromática. Pero habrían muchas más posibilidades que dejo a la mente de cada cual para poderlas desarrollar.

El acompañar con el relleno con los rábanos o rabanitos fue una casualidad muy afortunada. A mí me encantan los rábanos asados. En el relleno me quedaban unos huequitos que no me gustaban demasiado y pensé que no estaría mal rellenarlos con unos rabanitos que tenía por el refrigerador. Dicho, hecho y con un resultado más que satisfactorio.

La masa que utilicé fue una lámina redonda de hojaldre, pero igualmente podría haber utilizado otras masas: brisa, de empanada o cualquier otra. Incluso con pasta brick o filo creo que quedaría muy bien.

En fin. Muchas posibilidades las de esta tarta sencilla y fácil de hacer, que seguro os complacerá.

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 400 g. de tomates ecológicos de Freshvana.
  • 50 g. de rábanos.
  • 1 c/s (cuchara sopera) de AOVE (aceite de oliva virgen extra).
  • 1 c/s de vinagre de Jerez.
  • 1 c/c (cucharita de café) de azúcar morena.
  • 50 g. de queso raclette.
  • Unas hojas de albahaca fresca.
  • Unas ramitas de tomillo fresco.
  • 1 lámina redonda de masa de hojaldre.
  • Tomillo seco.
  • Albahaca seca.
  • Sal marina.

Pasos:

  1. Poner agua a hervir. Cuando rompa a hervir, meter los tomates, a los que previamente habremos hecho una cruz cortando en superficie de su piel. Dejar en el agua hirviendo durante unos 30 segundos. Retirar del agua hirviendo y meter en agua fría. Pelarlos y retirar la zona de unión con la rama, junto con toda la pulpa interior, para dejarlos vacío. Pelar los rabanitos.
  2. En una sartén de 16 cm. de diámetro (que se pueda llevar al horno), calentar suavemente el AOVE, junto con el vinagre y el azúcar. Poner sobre ello los tomates pelados y vaciados, rellenando los huecos entre ellos con los rabanitos pelados. Dejar un minuto sobre el fuego y retirar, sin moverlos.
  3. Cortar el queso en dados que quepan dentro de los tomates. Introducir los dados dentro de los tomates, junto con alguna hojita de albahaca y tomillo. Poner un poquito de sal (con mesura que el queso ya aporta sal).
  4. Cubrir la sartén con la lámina de hojaldre, pegando los bordes hacia dentro, para que no sobresalgan.
  5. Llevar la sartén a horno caliente (200º, calor arriba y abajo) y hornear durante unos 30 minutos, (que veamos que ha subido bien el hojaldre y que no queda mucho caldo en la sartén (debe quedar una tarta jugosa, pero no caldosa).
  6. Retirar del horno y voltear sobre una fuente redonda. Espolvorear con tomillo y albahaca secos. Servir caliente.
Tarta recién salida del horno. Así queda el hojaldre.

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