Comentario previo:
El seitán puede tener muchas formas de prepararse y una, un poco especial, es esta en la que añadimos al gluten de trigo una cantidad grande de tomate en conserva y también tomate seco hidratado en aceite. Conseguimos, con esta forma de prepararlo, un seitán menos compacto y muy sabroso. Si lo mantenemos en el caldo de cocción, conseguiremos que se hidrate más y nos sirva como un ingrediente muy adecuado para hacer salsa boloñesa o para introducirlo como relleno jugoso en pasteles salados. Incluso podemos utilizarlo para untar.
Como la masa no queda tan ligada como en otras modalidades de preparación, tendremos que darle solidez envolviéndolo en una gasa o lienzo fino durante la cocción.
Si lo dejamos en seco, se formará una costra exterior y será más fácil manejar para prepararlo a la plancha o frito (ya sea rebozado o no).
El resultado final es un seitán con un valor calórico de menos de 200 kcal. por cada 100 g. y muy completo en su aporte protéico (27 g. de proteínas, 5 g. de grasa y 9 g. de carbohidratos). Pero, sobre todo, un ingrediente muy sabroso para preparar distintos platos, de los que espero traer por aquí alguno.
Como la masa no queda tan ligada como en otras modalidades de preparación, tendremos que darle solidez envolviéndolo en una gasa o lienzo fino durante la cocción.
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Seitán con toma tomate recién cocido, todavía envuelto en la gasa utilizada para darle solidez. |
El resultado final es un seitán con un valor calórico de menos de 200 kcal. por cada 100 g. y muy completo en su aporte protéico (27 g. de proteínas, 5 g. de grasa y 9 g. de carbohidratos). Pero, sobre todo, un ingrediente muy sabroso para preparar distintos platos, de los que espero traer por aquí alguno.