Comentario previo:
Esta receta es fruto de la imaginación que desarrollamos para aprovechar lo que tenemos por casa a la hora de hacer la cena. Tenía unas espicanas salteadas con ajo que me habían sobrado, una bola de mozarella con la fecha recién caducada en el envase y un trozo de pan del día anterior al que sacar partido. Todo eso y unos cuantos ingredientes más dan como resultado esta receta que, sin querer abusar de inmodestia, ha quedado bien rica.
Ingredientes:
- Espinacas frescas salteadas con ajos (unos 200 gr.)
- Cuatro lonchas de pan sin corteza (cuadrados de unos 5 cm. de lado y 5 mm. de grosor).
- Una bola de queso mozarella (100 gr.)
- 1 tomate.
- Olivas negras sin hueso.
- Orégano.
- Sal.
- Pimienta.
- Aceite de perejil.
- Colocar las lonchas de pan sobre un papel sulfurizado. Aderezarlas con orégano, pimienta y aceite de perejil (podría valer otro aceite sabroso) y poner en el horno, precalentado a 210º, durante 5 minutos, para tostar un poco el pan y que éste tome los sabores del aderezo.
- Cortar 4 rodajas de tomate y otras 4 de queso mozarella.
- Cuando el pan comience a tostarse, sacarlo del horno y poner sobre cada loncha una rodaja de tomate con una pizca de sal.
- Sobre el tomate colocar un montoncito (apretado) de espinacas salteadas.
- Sobre las espinacas una rodaja de queso mozarella con orégano y pimienta.
- Y, finalmente, poner sobre el queso las olivas negras partidas por la mitad (o loncheadas).
- Meter al horno, a 210º, fuego arriba y abajo con ventilador, durante 20 minutos (o hasta que el queso comience a dorar, según nuestro gusto). Servir calentito.